Se fue desdibujando mi imagen de tu mente conforme fue pasando el tiempo. Se fue transformando en un recuerdo el sueño vivido como un cuento. Se fue diluyendo la pasión y se apagó lo que fue llama. Se fue alejando la mirada y se calló hasta la palabra. Se fue borrando de tu alma la primavera que anhelabas. Se fue apagando la ilusión y se cerró la última página. Las hojas se volvieron amarillas con el tiempo y el libro por fin quedó olvidado con una historia de amor simple que jamás se ha terminado.
gris está mi alma y llueven lágrimas. Refúgiame en tus brazos... no dejes que me moje. Rojo está el ocaso y anuncia la noche, rojo mi corazón que se ahoga en sangre. Refúgiame en tus brazos... no dejes que me vaya. Azul llega el alba y anuncia que es invierno. azul mi mirada dormida en hielo eterno. Refúgiame en tus brazos... no dejes que sienta frío. Amarillo el sol quema las hojas y anuncia el otoño, amarillos los sueños olvidados en un libro guardado sin cerrojo. Refúgiame en tus brazos... no dejes que me seque. Verdes los retoños y anuncian que la vida sigue, verde mi esperanza si me niego que mi mente olvide. Refúgiame en tus brazos ... no me dejes morir sin tí.
¿Álguien vio alguna vez llorar un alma? Yo ví llorar a mi alma de tristeza... Su llanto era callado como el aleteo de las mariposas cuando les llega la hora de la partida. Su llanto era tibio como el crepúsculo de verano cuando se va a ocultar el sol en el ocaso. Su llanto era sereno como el remanso de un río cuando va llegando a su destino. Su llanto era etéreo como la estela de las estrellas cuando descienden desde el cielo. Su llanto era suave como la brisa de otoño cuando pasa desprendiendo las hojas de los árboles. Yo ví llorar a mi alma aquella tarde cuando te ví partir sin decir una palabra
No quise enamorarme así. cuando te conocí prometí no amarte. Tu mirada conquistó mi corazón... Me enamoré de tus ojos de carbones encendidos que entibiaron el frío de mi alma... Me enamoré de tu sonrisa de fresa madura que alegraron la tristeza de mis días... Me enamoré de tus manos de suave terciopelo que acariciaron la soledad de mi cuerpo... Me enamoré de tu pelo de brisa rebelde que ocupó mi tiempo vacío de sueños... Me enamoré de tu cuerpo de ébano esculpido que estremeció mi piel cansada y sin brillo. Tu juventud me devolvió la esperanza y le puso un faro a mi vida. No quise enamorarme así. Cuando te conocí me prometí no amarte.
No tiene explicación este sentimiento que hace felíz o entristece, que hace noble o envilece... No tiene una razón, este estado del alma que hace pequeño o engrandece, que derrota o enaltece... No tiene un motivo esta actitud del corazón que hace duro o enternece, que angustia o estremece... No tiene causa esta forma de actuar que hace rico o empobrece, que libera o enloquece... El amor no tiene explicación, razón, motivo ni causa... pero hace al hombre angelical y al angel más humano.